"Soy la princesa Glaster, y merezco ser tratada como tal". Se le habían caído las alas a Anze Glaster, la flamante flor de la sociedad y antigua prometida del príncipe heredero. Había caído en desgracia, pero casarse con un soldado retirado y con el hijo ilegítimo del Emperador... era un insulto para sí misma. "Soy la señora Fitzroy, y además, no me quedo contigo porque me gustes". La orden del Emperador de casarse no fue agradable para Aiden, que lo único que deseaba era vivir tranquilo y en paz en su ciudad natal tras su licenciamiento del ejército. No se había dado cuenta de lo problemático que sería traer a una mujer con él. "¿Esto es una casa? ¿No un granero?" "Sí, sorprendentemente, es una casa". Nada de granja rodeada de naturaleza, nada de pueblo rústico, nada que gustara... pero lo peor de todo era Aiden, que se creía la cima de la cadena alimenticia. Ya veremos, ¡le engañará y escapará de esta granja! Pero entonces su actitud empieza a cambiar, y también el corazón de ella...