En un día tranquilo, Kaisel, un demonio que estaba aburrido, de repente escucha una voz absurda de un sacerdote que vino a visitarlo para pedirle una relación. Contrario a su fuerte ambición de abandonar su virginidad, Kaisel, quien se interesó por el sacerdote que no tenía conocimientos de sexo, dijo que le enseñaría paso a paso del uno al diez... "Es bueno para mí que uno de los sacerdotes esté corrompido..." "Sacrificaré este cuerpo para conceder tu deseo".